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lunes, 31 de marzo de 2014

!Que Bárbara!

Desde hace dos meses viene dando vueltas por los escenarios de la prensa nacional y los espacios de debate del periodismo dedicado a la vertiente de la dinámica de género y comunicación, un reportaje que dio más vida a una santiaguera de pura cepa. Una joven y dinámica colega; Betty Beatón Ruiz, presentó los pormenores de esta historia en el Encuentro Provincial y posteriormente en el Regional de la citada vertiente, como para levantar a la mujer santiaguera que se creció por encima de los desastres del huracán Sandy. Le pedí encarecidamente a Betty colocar en esta bitácora su trabajo y gentilmente aaccedió. Hoy me siento más realizado porque puedo contribuir a contar la historia, que puede ser la de miles de santiagueras, rebeldes y hospitalarias como su ciudad de orígen, pero al mismo heroicas hasta los tuétanos. Ahí les va.
Nada mejor que el tiempo para curtir las anécdotas, para añejarlas con exquisitez, y permitir entonces que uno pueda saborearlas con lentitud, degustarlas con pausa cíclicas, para descubrir, hasta en el más mínimo de los detalles, los matices que la hacen grande y trascendente. Así, reposada por el paso de medio año, conocí la historia de Bárbara Acosta Montero, una mujer con un nombre que le viene como anillo al dedo, que le saca a flote la firmeza y el arrojo que lleva adentro. Si alguien duda, que le pregunte a cualquier vecino de la comunidad marina de cayo Granma, en la ciudad de Santiago de Cuba, una porción de tierra anclada en la entrada misma de la bahía, donde la gente que la habita sabe bien la clase de médica de la familia que le tocó tener. “Sí, crucé a nado desde el muelle de Ciudamar hasta el cayo, unos 300 metros de mar abierto y revuelto, para salvarle la vida a un paciente — cuenta Bárbara sin mucho énfasis en la voz, más bien restándole importancia a lo que dice— después de eso, muchos de los que han conocido del hecho vienen al consultorio, me felicitan, me expresan su admiración y yo le juro a usted por lo más sagrado que muero de la pena, pues sigo creyendo que no hice nada extraordinario, solo cumplí con mi deber.” A diferencia de lo que Bárbara siente, quienes saben los pormenores de su gesto lo asumen con asombro y admiración, y no es para menos. “Sucedió el 27 de noviembre pasado, a dos días del paso de Sandy, precisa la doctora, el panorama del cayo era desolador, imagínese que de unas 248 casas, 242 fueron arrasadas, y para agravar todo aquello comenzaron los indicios de un brote gastrointestinal. “Al consultorio llegaban personas con diarreas abundantes, como de agua de arroz, con olor a pescado, y aunque de inmediato aplicamos quimioprofilaxis hubo pacientes que se complicaron. “De manera particular tenía dos que me preocupaban mucho, con uno salí de inmediato en la lancha que presta servicio a las comunidades del litoral, lo llevé hasta Ciudamar, en tierra firme, y me quedé con él hasta lograr mandarlo en un vehículo rumbo a Santiago de Cuba, eso me tomó un tiempo, y cuando llegué al muelle ya la lancha no estaba. “Mi desesperación fue total, sabía que otro paciente tenía la vida en peligro, y en aquellas circunstancias solo yo podía salvarlo, ¿cómo llegar hasta él? “El mar estaba que espantaba, era negro total de tanta suciedad, flotaban las cosas más impensadas, desde animales muertos, troncos de árboles, despojos de las viviendas destruidas, hasta balitas de gas, aquello era increíble… pero yo tenía que cruzar; di dos o tres vueltas en el mismo lugar, me mordisqué las uñas, respiré profundo y !zas! me tiré. “¿Miedo? Vaya que sí, el corazón se me salía por la boca. “Cada braceada me costó un mundo, tenía que apartar todo lo que aparecía a mi paso, no sé ni cuantas cosas se me enredaron en los pies, pero yo pa´lante, no había de otra, y valga que no titubé, porque cuando llegué el paciente estaba casi inconsciente, con mucha falta de aire, sudoración profusa, los ojos brillosos y la boca reseca. “A esa hora, ¿quién iba a pensar en bañarse?, así mismo, toda desgreñada, mojada y hasta sucia, le canalicé una vena en cada brazo, le puse sendos sueros a chorro y movilicé a todo el que pude para buscar una lancha y llevarlo al hospital.” Hoy, cuando estetoscopio en ristre desanda feliz por cayo Granma, la gente que la saluda a cada paso suele decirle: “qué tal, la bárbara”, y es que así sienten a su médica de familia, así la asumen, así se ufanan de tenerla cada día, viéndola estudiar para los exámenes que deben coronarla como especialista de primer grado en Medicina General Integral, apreciándola gigante en su dimensión humana. En casa, en el consultorio donde comparte quehaceres hogareños con su esposo y sus tres hijas, no hay trofeos, ni medallas que la reconozcan como campeona en natación pues nadar ha sido siempre un hobby y nada más. Pero a falta de tales distinciones Bárbara disfruta de otros reconocimientos no menos valiosos. “Tengo el cariño de mis pacientes, y gurdo con mucho agrado los diplomas que recibí de la dirección de Salud en la provincia, y de la Federación de Mujeres Cubanas. “Aunque para mí lo mejor es sentirme bien conmigo misma al hacer lo que me corresponde, al cumplí con mi trabajo, con mi deber de salvar vidas, y estoy absolutamente convencida de que soy una más entre tantos, porque, ¿usted se ha puesto a pensar cuántas Bárbara más habrá en nuestro país?”

jueves, 21 de febrero de 2013

Cándido Fabré devolvió la fe a Santiago de Cuba

El Maestro Cándido Fabré durante las filmaciones con el productor Roque Alonso

Por Ángel del Toro Fonseca

Indudablemente que Cándido Fabré le dio fe al pueblo de Santiago de Cuba para resurgir de las cenizas como el Ave Fénix y restañar las heridas que el huracán Sandy le causó en la noche del 24 de octubre del 2012.

El sanluisero hijo de Sixta, que recibió los dones de los espíritus santos o no para cantar y rimar como nadie lo hace en Cuba, pudo más que la negra noche y el dolor de los santiagueros sin techos ni alimentos, para derrotar la furia de los vientos a golpe de conga.

Nadie mejor para caracterizar el nacimiento del producto audiovisual que devolvió la fe a los santiagueros, que un camagüeyano devenido en periodista de los servicios informativos de Radio Grito de Baire de Contramaestre, de dura palabra y letra con filo.
Juan Carlos Roque Alonso, amigo del cantante desde los años 80 del pasado siglo, productor general del audiovisual y responsable de las relaciones públicas de ese fenómeno musical colectivo de Cándido Fabré y su Banda, cuenta la historia de “Te vamos a levantar”:

Ángel: ¿Cómo se inicia el proyecto “Te vamos a levantar”

Roque: “A Fabré se le ocurre el texto de lo que sería un número musical y lo comienza a enriquecer durante la madrugada del propio 24 de octubre, cuando todavía soplaba el viento en Santiago de Cuba. El se trasladó desde Manzanillo hasta su natal San Luis con el criterio de que no se trataba de enfrentar lo que había llegado de la mano de la naturaleza y de Dios,  sino que lo más importante era recuperar a la provincia y el espíritu de combate de su gente. Y es entonces que comienza a conformar un himno para levantar la espiritualidad de los santiagueros (…)

(…) Desde los primeros momentos Cándido tuvo la aspiración de hacer algo muy caribeño, como la propia esencia de Santiago de Cuba, que tuviera de son, de bachata, de reggae, de calipso … en fin, que sirviera para cantar, para bailar, para divertirse, pero por sobre todas las cosas que hiciera reflexionar y se convirtiera en una inspiración para recuperarse (…)

(…) Durante los primeros días de Noviembre del 2012, se le entregó el tema musical al compañero Lázaro Expósito Canto, Primer Secretario del Comité Provincial del Partido en Santiago de Cuba, quien fue el primero el olfatear los beneficios del mismo para la espiritualidad de los santiagueros y propone que el proyecto no podía quedar solo en formato de audio sino que debía convertirse en un audiovisual con todas las de la ley”

Ángel: ¿Cómo enfrentaron tamaño reto entonces?

“Con la conformación de un equipo de trabajo en que intervinieron prestigiosos realizadores de audiovisuales de Santiago de Cuba, liderados por la Oficina de Publicidad y Desarrollo del Poder Popular Provincial, quienes comienzan a organizar ese fenómeno ciudadano que debía acompañar la grabación del producto. Se me responsabiliza al frente del proyecto, que de hecho es una de los mayores retos que enfrentado en esta materia”

Ángel: ¿De qué manera se armonizaron los componentes culturales de Santiago de Cuba que integraron el proyecto “Te vamos a levantar”?

“Bueno, por lo que implicaba en cuanto a la identificación del santiaguero, fue sumamente importante incluir a la multipremiada conga Los Hoyos, para convertir el estribillo del número musical en un toque de conga; no para hacer una campaña musical más; sino para fijar un himno que levantara el espíritu (…)

(…) Yo creo que la idea se logró. Por esos días visitamos a la ciudad de San Luis; en donde nació y creció Cándido y pasamos cerca de un establecimiento en donde confeccionan pañuelos. Fundamentalmente las muchachas que estaban reunidas allí, le pidieron al Maestro que cantara algunas de sus composiciones. Se nos ocurrió la idea de colocar en un reproductor de MP 3 el ritmo que se estaba gestando en Santiago de Cuba y lo que ocurrió allí fue monstruoso… Allí la gente canto, bailó, lloró y lo que era un momento cultural se convirtió en un acto público sin ninguna convocatoria previa”

Ángel: ¿Y como se logra la imbricación del pueblo santiaguero en el producto de Cándido Fabré entonces?

“Bueno, todo parte del jueves 18 de enero del 2013, fecha en que se comienza la grabación del audiovisual con la audición de las congas: San Pedrito, Chicharrones, Los Hoyos… Pero la visita a San Pedrito para mi fue como un sueño… Yo te confieso que las actitudes que vi en torno a Cándido fueron inigualables a otros momentos de su vida… Por su carisma, por el trato con los niños (…)

(…) Fíjate, recuerdo a una señora que se arrodilló ante Cándido y le pidió que lo único que quería en su vida era darle un beso… Un niño le preguntó: ¿Cómo yo podría ser algún día como tú? Y el Maestro le respondió: Estudiando, siendo bueno (…)

(…) Durante la tarde del sábado 19 de enero, toda la avenida Victoriano Garzón de Santiago de Cuba se convirtió en el cauce de la masa humana de santiagueros que acudieron a compartir con Cándido Fabré el parto del nuevo himno para la vida de su pueblo. En esta ocasión no hubo que trasladar a nadie en ómnibus hasta allí, ni ensayar bailes y movimientos, el paso arrollador fue espontáneo, el repique de la conga convocó y guió, Cándido Fabré le había devuelta la fe en la victoria a los santiagueros”
El Maestro Cándido Fabré da fe en su canto al pueblo de Santiago de Cuba


Ángel: ¿Tú crees que “Te vamos a levantar” puede ser un producto aislado o una muestra de la cubanía de Cándido Fabré?

“Yo puedo expresarte con toda seguridad que es una muestra del alma de este hombre humilde, a quien no le gustan las personas aprovechadas ni oportunistas, a quien le encantan las cosas de frente y claro y los amigos de actuaciones concretas en los momentos duros, la persona que en una ocasión ofreció un concierto en la discoteca Aché de la Calle 8 de Miami y gritó con toda la fuerza de su alma: “Aquí no se rinde nadie”. ¿Quieres mejor muestra de cubana?


Texto íntegro de “Te vamos a levantar”
Te vamos a levantar
Tengo la garganta apretá
El mambo se ha puesto duro
Está en jaque la ciudad
Pasa de castaño oscuro.

Estoy pega'o contra el muro
A punto de enloquecer
Pero pienso en mi futuro
Lucharé para vencer.

Junto a Raúl, a Fidel,
Y este pueblo combatiente,
Santiago heroico siempre
No te dejarán caer.

La tristeza causa llanto,
Ira, desesperación
Después de trabajar tanto
Cómo te dejó el ciclón.

No hay que maldecir a Dios
Ni a mamá naturaleza
Levantemos las cabezas
Ya lo que pasó, pasó.

Vibra toda la nación
Se abren puertas y ventanas
Y como cada mañana
Hoy brilla el sol, nuevamente.

Soy feliz al ver la gente
Trabajar y trabajar
Santiago, orgullo de Oriente,
Te vamos a levantar.

Estribillo:
Te vamos a levantar, Santiago,
Te vamos a levantar
Con el esfuerzo de todos
Te vamos a levantar.

2do. Estribillo:
Tengan fe, caminen con fe
Tengan fe, caminen con fe

(Se repite)
El pueblo santiaguero baila con la fe de Cándido Fabré